domingo, 1 de septiembre de 2013

Texto de análisis: fragmento (clase 5/09)

Voz de América - Redacción
Discurso completo del presidente Barack Obama desde la Base Aérea de Bagram, en Afganistán:

Buenas tardes desde la Base aérea Bagram. Este puesto de vigilancia queda a más de siete mil millas de casa pero, durante más de una década, ha estado cerca de nuestros corazones.  Porque aquí en Afganistán, más de medio millón de nuestros hijos e hijas se han sacrificado por proteger nuestro país.

En el día de hoy, firmé un acuerdo histórico entre los Estados Unidos y Afganistán que define una nueva clase de relación entre nuestros países; un futuro en el que los afganos sean responsables de la seguridad de su nación, y nosotros construimos una alianza a partes iguales entre dos estados soberanos; un futuro en el que la guerra toca a su fin y comienza un nuevo capítulo.

Esta noche, quiero hablarles sobre esta transición.  Pero, primero, recordemos por qué vinimos aquí.  Fue aquí, en Afganistán, donde Osama bin Laden estableció un refugio seguro para su organización terrorista.  Fue aquí, en Afganistán, donde al Qaeda trajo a nuevos reclutas, los entrenó, y planificó actos de terror.  Fue aquí, desde dentro de estas fronteras, que al Qaeda lanzó los ataques que asesinaron a cerca de 3,000 hombres, mujeres y niños inocentes.

Así es que, hace diez años, los Estados Unidos y nuestros aliados fuimos a la guerra para cerciorarnos de que al Qaeda no pudiera usar nunca más este país para lanzar sus ataques contra nosotros.  A pesar del éxito inicial logrado, por varios motivos, esta guerra ha tomado mucho más tiempo de lo que la gran mayoría anticipaba.

En 2002, bin Laden y sus lugartenientes se escaparon a través de la frontera y establecieron refugios seguros en Pakistán.  EE.UU. pasó casi ocho años luchando una guerra diferente en Irak.  Y los aliados extremistas de al Qaeda dentro del Talibán han llevado a cabo una insurrección brutal.

Sin embargo, durante los últimos tres años, la situación dio un giro.  Pudimos derribar el impulso del Talibán.  Hemos establecido fuerzas de seguridad afganas sólidas.  Hemos devastado el liderazgo de al Qaeda, eliminando a más de 20 de sus 30 líderes principales.  Y, hace justamente un año, desde una base aquí en Afganistán, nuestras tropas lanzaron la operación que le quitó la vida a Osama bin Laden. La meta que yo establecí, que era vencer a al Qaeda, e impedirle la oportunidad de reconstruir, está al alcance.

No obstante, habrá días difíciles por venir.  Los sacrificios tan inmensos de nuestros hombres y mujeres no han terminado.  Pero, esta noche, quiero decirles cómo completaremos nuestra misión y le pondremos fin a la guerra en Afganistán.

Primero, hemos comenzado una transición a la responsabilidad de los afganos por su seguridad.  Ya casi la mitad del pueblo afgano vive en lugares en que las fuerzas de seguridad afganas están pasando a ser los líderes.  Este mes, en una Cumbre de la OTAN en Chicago, nuestra coalición establecerá una meta de que las fuerzas afganas sean quienes lideren las operaciones de combate en todo el país el próximo año.  Las tropas internacionales continuarán entrenando, asesorando y ayudando a los afganos, y lucharán junto con ellos cuando sea necesario.  Pero pasaremos a una función de apoyo a medida que los afganos asuman el control.

A medida que lo hagamos, nuestras tropas regresarán a casa.  El año pasado, sacamos 10,000 tropas de EE.UU. de Afganistán.  Otras 23,000 saldrán de allí para fines del verano.  Después de eso, las reducciones continuarán a un ritmo continuo, para que más de nuestras tropas regresen a casa.  Y, tal como acordó nuestra coalición, para finales de 2014, los afganos serán completamente responsables de la seguridad de su país.

Segundo, estamos entrenando a las fuerzas de seguridad afganas para que logren esta tarea.  Esas fuerzas han crecido y llegarán a un número de 352,000 este año. Los afganos mantendrán ese nivel durante tres años, y entonces reducirán el tamaño de su fuerza militar.  Y en Chicago, endosaremos una propuesta de apoyar a una fuerza afgana fuerte y sostenible a largo plazo.

Tercero, estamos construyendo una alianza perdurable.  El acuerdo que firmamos hoy le envía un mensaje claro al pueblo afgano: según ustedes se defienden, no lo harán solos.  Esto establece la base de nuestra cooperación durante la próxima década, incluyendo los compromisos compartidos a combatir el terrorismo y fortalecer las instituciones democráticas.  Éste apoya los esfuerzos afganos para promover el desarrollo y la dignidad de su pueblo.  También incluye los compromisos de los afganos a la transparencia y la responsabilidad, y a proteger los derechos humanos de todos los afganos, tanto hombres como mujeres, niños y niñas.

Dentro de este marco de referencia, colaboraremos con los afganos para determinar qué apoyo necesitan ellos para lograr dos misiones precisas de seguridad más allá de 2014: el contraterrorismo y el entrenamiento sostenido. Sin embargo, nosotros no construiremos bases permanentes en este país, ni tampoco patrullaremos sus ciudades y montañas. Eso será obligación del pueblo afgano.

Cuarto, estamos buscando conseguir una paz negociada.  En coordinación con el gobierno afgano, mi Administración ha estado sostenido discusiones directas con el Talibán.  Hemos dejado claro que ellos pueden ser parte de este futuro si rompen su relación con al Qaeda, abandonan la violencia y se rigen por las leyes afganas.  Muchos miembros del Talibán, desde los soldados de infantería hasta los líderes, han mostrado un interés en la reconciliación.  Ellos tienen ahora ante ellos un camino para lograr la paz.  Los que se nieguen a seguir ese camino, tendrán que enfrentarse a fuerzas de seguridad afganas fuertes, respaldadas por los Estados Unidos y nuestros aliados... (continúa)

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