Fecha de
entrega: 4/11 Trabajo Práctico
Evaluativo
Lingüística II
IFDC-SL
Prof.: Celeste Vassallo
1-
Realizar un análisis de
los dispositivos enunciativos (pactos de lectura) de las siguientes portadas
teniendo en cuenta las estrategias enunciativas utilizadas en su composición
(fotografías, disposición del contenido, títulos y tipografía, colores, dosificación
de la información, construcción oracional, etc.) y luego plantear la
“cosmovisión” que expresa cada uno de los diarios y la posible construcción del
acontecimiento que desarrollarían (tener en cuenta que la portada de los
diarios son los “programas” de lectura que proponen los diarios).
Fecha de
las portadas: 25 de octubre de 2013 (si no pueden visualizar correctamente las páginas buscar en los sitios web de Clarín y Página12 las portadas de esta fecha)
2-
Leer atentamente el
siguiente texto y responder las actividades a continuación:
Domingo,
13 de octubre de 2013
La perturbadora forma de los libros
Una
extraordinaria revolución sacudió las bases mismas de la cultura cuando se creó
el primer mundo virtual: la escritura, una tecnología muy reciente en nuestra
historia. Por primera vez la humanidad tuvo acceso a un conocimiento que iba
más allá de la memoria individual y que prescindía del intercambio directo
entre las personas. Como lo señala Walter Ong, en su libro Oralidad y
escritura, la imprenta y la informática son apenas la continuación de esa
transformación enorme y, en su momento, muy objetada.
En el
Fedro y en la Séptima Carta, Platón dirige contra la escritura las mismas
críticas que se usan hoy para impugnar el universo digital, y que también se
dirigieron contra la imprenta.
1) La
escritura es inhumana: establece fuera del pensamiento lo que sólo puede
existir dentro de él. Es un objeto, un producto manufacturado. Es artificial.
2) La
escritura destruye la memoria y debilita la mente. Como ya no es necesario
recordarlo todo, el pensamiento se atrofia por falta de ejercicio.
3) Un
texto escrito no produce respuestas, no es posible interrogarlo ni pedirle
explicaciones, como se hace con un maestro.
La
imprenta recibe acusaciones parecidas. “La abundancia de libros hace menos
estudiosos a los hombres”, dicen algunos. El exceso de información, piensan
otros, no permite profundizar y lleva a un conocimiento superficial.
Por otra
parte, cualquiera de estas tecnologías ingresa, al principio, en sectores
restringidos de la sociedad. La escritura, y en particular la alfabética,
necesita herramientas que, en su momento, no eran accesibles para cualquiera:
estilos, pinceles, plumas, papiros, pergaminos.
Podemos
imaginar el rechazo que habrá originado entre muchos lectores la aparición del
códice, el formato de libro que conocemos hoy, con el consiguiente
desplazamiento del papiro enrollado. Quien desenrolla un papiro puede decidir
la cantidad de superficie escrita que tendrá ante sus ojos, sólo limitada por
la posibilidad de estirar los brazos. Debe haber sido duro para muchos lectores
encontrarse constreñidos a la extensión de la página.
Hoy, con
Internet, estamos asistiendo a una revolución comparable a la invención de la
imprenta: la posibilidad de que más conocimiento sea accesible a más personas.
¿Significó la imprenta el fin de la cultura? Por supuesto: si la escritura
terminó con las culturas orales, la imprenta fue el fin de la cultura medieval,
considerada como recopilación. Podemos imaginar la reacción de un monje copista
frente a semejante engendro demoníaco.
Como
siempre hay un error o un pecado en la raíz de la cultura, los nuevos cambios
tecnológicos nos traen la vieja sensación de catástrofe universal. La industria
editorial tiembla ante la amenaza del e-book, que ya es parte del presente y
quizá sea el futuro. Hay que evitar el pensamiento milenarista. Ni la
televisión hizo desaparecer a la radio, ni el cine hizo desaparecer al teatro,
ni las tarjetas de crédito hicieron desaparecer a los billetes. Es posible
imaginar una larga convivencia entre el libro en papel y el e-book, en la que
quizás el libro en papel se convierta poco a poco en un objeto de lujo.
El
mercado del libro digital llega al 25 por ciento de las ventas totales de
libros en Estados Unidos. En Japón están de moda otra vez los folletines, que
los autores van escribiendo a medida que se lee: cada capítulo semanal llega
directamente al teléfono de los lectores. En el mercado en español, solamente
un 2,5 por ciento de los libros se vende en formato digital. Pero, ¿los libros
que se venden son los libros que se leen? Conozco personalmente a mucha gente
que lee e-books en español. No conozco a nadie que los compre. ¿Somos los
latinos más proclives a la piratería que los anglosajones? A riesgo de ser
políticamente incorrecta, tengo que admitir que es muy posible. Pero, los
e-books en español, ¿no son acaso absurdamente caros?
El e-book
tiene algunas cualidades maravillosas. Se puede modificar el tamaño de la
letra, no ocupa lugar, es perfecto para llevar en un viaje. El libro en papel
no necesita recarga, huele bien y se puede hojear. Mientras los lectores
electrónicos no permitan hojear un libro, el placer y la utilidad de los
e-books estará limitado.
Entretanto,
el libro, su esencia, sigue allí. Más allá de su soporte, la escritura sigue
produciendo sus extraños efectos. El que lee está profundamente solo. El que
lee no es fácil de manipular. Mientras lee no puede recibir mensajes
publicitarios, es inmune a los discursos políticos, no forma parte de su
familia ni de ninguna otra. Es un ser asocial, un mal consumidor. Lee,
abstraído y feroz. Se incorpora al torrente de las letras, se deja llevar sin
hundirse, feliz de participar en la corriente del más humano de los ríos, ese
conjunto limitado de signos capaz de contener todos los universos posibles: el
infinito, incorpóreo acontecer de la palabra escrita.
a-
Tiempo del discurso: analizar la actitud de
locución del hablante (mundo comentado/ mundo narrado) teniendo en cuenta la
organización del discurso en relación con los tiempos verbales.
b-
Analizar las distintas unidades enunciativas que
permitan caracterizar las instancias de producción y de reconocimiento: ¿Qué
tipo de locutor y de destinatario se construye en el texto?
c-
¿Qué “programa” de lectura propone el título? ¿Qué
elementos enunciativos apoyan su análisis? ¿Se mantiene el “programa” en el
desarrollo del texto? Proponga al menos tres títulos distintos que se correspondan
con el programa de lectura.
d-
¿A qué género discursivo pertenece este texto?
Analizar la elección teniendo en cuenta los conceptos de estilo, tema y
estructura.
e-
Describan y analicen las marcas de intertextualidad
(todas las que encuentre) en el texto.